La crisis que develó un mundo mal educado

Carolina Granados
4 min readMay 8, 2020

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Una pandemia, un sistema educativo deficiente y niños que quieren aprender

Museums Victoria / Unsplash

Y de repente un día las escuelas, universidades y en general todos los centros de estudios quedaron en silencio. Mientras escribo estas líneas los alumnos siguen sin regresar a clases y no tenemos fecha de retorno.

He podido ver todos los lados de esta situación: desde los padres que lo toman con humor haciendo videos y bromas de sí mismos, hasta los que están al borde de un colapso nervioso porque no tienen forma de ayudar a sus hijos con la tarea.

Lo más preocupante de esta situación no es que los niños no vayan a volver a clases pronto, sino que varios nos hemos dado cuenta que todo lo que hemos pagado por años en educación no es equivalente al nivel de conocimiento e independencia que nuestros hijos han adquirido. En resumen, hemos estado pagando guarderías y centros sociales. Si el conocimiento fuera proporcional al nivel de tiempo, energía y dinero que se invierte, nuestros hijos en edad de secundaria ya deberían tener doctorados.

Una familia promedio ha pagado por el hijo que acaba de terminar la primaria, un promedio de $ 500,000.00 pesos mexicanos ($25,000 dólares) desde kinder hasta 6o. de primaria. Independientemente el nivel de conocimiento adquirido, la familia ha pagado esto a una escuela privada; si su hijo no sabe leer o escribir bien, la escuela no toma responsabilidad y envían al niño a terapia para que esté a la par de los demás niños. Esto implica un gasto doble a la familia que además tiene más cuentas por pagar.

Tenemos niños en casa que no saben estudiar por sí mismos

Las escuelas han fallado en lo más importante: enseñar a aprender.

Cada ser humano tiene una forma única y particular de adquirir conocimiento y existen alrededor de 15 tipos. Por ahora no voy a ahondar en este tema ya que me llevaría más de un día en explicarlo.

A lo que quiero llegar con esto es que el sistema educativo no está capacitado para tener en un salón de clases a 30 alumnos, conocer la forma en la que cada uno aprende y después, darle las herramientas que necesita para que el conocimiento llegue.

Las escuelas están capacitadas sólo para una cosa: enseñar para que los alumnos sigan estudiando y cobrar mientras esto sucede.

Estudiamos Kinder para ir a primaria, después a secundaria, luego a preparatoria, seguimos con una carrera universitaria que tal vez no nos convence y aún así hacemos una maestría y los más afortunados y dedicados buscan un doctorado. En toda la enseñanza que cubre desde primaria hasta preparatoria ni una sola clase te enseña a ser económicamente independiente. Ninguna materia te enseña a conocerte para que puedas aprender mejor.

Ningún alumno en edad preparatoria piensa que todo el conocimiento que ha adquirido tal vez sirva para emprender su propio negocio. No saben conectar los puntos entre aprender y ejecutar. Todas las lecciones que aprenden son sólo para pasar las materias y tener una calificación que les asegure una entrada a la universidad.

Lamentablemente cuando llegamos a la universidad llenos de sueños, seguimos recibiendo información que no nos ayuda a emprender un negocio. Tenemos maestros que sólo viven para seguir enseñando y pocos son los que tienen negocios exitosos.

Las escuelas y universidades no nos preparan para el mundo real

Tengo cuatro hijos de diferentes edades. La más pequeña quiere ser astronauta y no encuentro en ninguna escuela las materias que le pueden ayudar a trabajar en sus sueños. La mayoría del contenido que encontramos en los currículums escolares está lleno de “paja” e información obsoleta. El sistema educativo no ha evolucionado a las necesidades de los alumnos y del mundo, sólo a la comodidad de tener más estudiantes “preparados” que sepan contestar exámenes de opción múltiple.

Alguna vez escuché el discurso del Director General de una empresa de seguros donde afirmó:

“entré a la universidad como un burro y salí de ahí 5 años después como un burro con diploma, la universidad me educó, pero el trabajo me formó”.

Personalmente comparto esta experiencia. Pocas materias la universidad me sirvieron para la vida profesional.

Por supuesto que hay solución

Siempre hay una solución a todo problema. Lo importante es reconocer y aceptar que existe el problema.

Una vez que detectamos cuál es, entonces tomamos medidas para resolverlo.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a estar mejor preparados para el mundo real?

  1. Hablando con ellos sobre lo que quieren llegar a ser de adultos
  2. Enseñarles que el camino para lograrlo comienza desde hoy
  3. Sentarnos con ellos y entender cuál es la mejor forma en la que aprenden, cada niño tiene una forma particular de hacerlo
  4. Motivarlos a ser independientes dándoles responsabilidades en tareas cotidianas
  5. Cada vez que se sientan frustrados recordarles que todo lo hacen porque tienen un objetivo claro de lo que quieren ser y aunque conforme pase el tiempo seguramente cambien de opinión, van adquiriendo la disciplina del trabajo constante.
  6. Enseñarles el valor del dinero y de la importancia de cuidarlo
  7. Hablar constantemente con ellos sobre su desempeño escolar, no buscando una calificación, sino enfocándonos en el aprendizaje obtenido.
  8. Exigir a las escuelas un mejor desempeño y un interés genuino por cada niño que tienen matriculado
  9. NUNCA decirles que hay imposibles. Todo es posible si se trabaja para conseguirlo.

Tenemos una responsabilidad como padres que nadie más tiene: criar hijos independientes y felices.

Si nuestro sistema escolar está fallando, no podemos cruzarnos de brazos y permitir que una escuela (aunque tenga el mejor nombre) se lleve el tiempo la energía y los mejores años de nuestros hijos… además de casi todos nuestros ingresos.

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